¿Son vaciado y vacío una misma cosa? Esta intervención de Óscar Curieses sobre el texto constitucional, inspirada parcialmente en un poema de Hemingway de 1917 y en los acontecimientos políticos que se suceden en nuestro país desde hace más de una década, nos invita a responder a esa pregunta. Los ensayos de Dora García, Francisco Baena, Virginia Trueba Mira y Eduardo Gómez Cuadrado, que acompañan a dicha intervención profundizan en el tema y posibilitan otros puntos de vista y acercamientos a esta cuestión fundamental.
Constitución Española en la prensa
«El libro aporta un mensaje político, pero también admite una lectura poética. Curieses se resiste a articular un discurso político cerrado adscrito a su Constitución muda y prefiere que sea cada lector el que exprese qué siente a la vista de la ley fundamental del país despojada de palabras.»
Juan Fernández. El Periódico de Cataluña
«La última entrega de Oscar Curieses Constitución española permite reflexionar sobre el estado de la ciudad letrada hispánica como indicio y parte de una larga crisis simbólica y política de alcance internacional. Así esta propuesta nos ofrece un pulso entre lo minoritario y lo masivo a través de un libro objeto fundamentalmente antilírico y conceptual.»
Martín Rodríguez-Gaona. La república de las letras
«Una Constitución sin palabras; en blanco. A partir de esa conclusión, ¿qué democracia puede resultar de esos cimientos? En entonces cuando la obra de Curieses comienza a iluminar nuestro entorno y cuando comienza a trabajar en nuestras mentes. Las conclusiones, en efecto, son estremecedoras, y uno de los grandes méritos del autor es permitir que se abran esas ventanas sin dirigir la mirada. Sencillamente, descorre el cerrojo.»
Alberto García-Teresa, ArtesHoy
«La obra de Óscar Curieses (Madrid, 1972) se mueve como pez en el agua en terrenos de fronteras difusas, donde la misma cuestión de género literario queda en entredicho.»
José Luis Gómez Toré, en una entrevista a Virginia Trueba y Óscar Curieses en El cuaderno
«[En este libro] se borra el límite entre lo soberbio y lo trivial.»
Mariano Peyrou, La estación Azul, RTVE